Tema:
La EKKLESIA de vida en nosotros.
Texto: Mateo 16: 18-19 “Y yo también te digo, que tú eres
Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no
prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y
todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que
desatares en la tierra será desatado en los cielos”.
Tema: La palabra iglesia se
deriva del griego “ekklesia” que significa congregación, asamblea pública
generalmente convocada por las autoridades. Siempre se ha hablado de la congregación
como la iglesia. Pero en este breve estudio, vamos a ver la diferencia entre
ser Iglesia o congregación.
Así que al igual que Pedro,
nosotros somos “petros” o sea piedras que en conjunto formamos el Cuerpo de
Cristo, esto es su “ekklesia”. Y que es la misma Iglesia llamada Novia de
Cristo.
Lo
cual denota: La parte que uno tiene en cualquier cosa mediante la participación
como lugar de regencia y de gobierno con Cristo. Con lo cual el mismo ejerza manifestaciones
en esta tierra mediante nosotros como su embajada expresando un compañerismo
reconocido y gozado; así mediante las experiencias e intereses comunes de los cristianos.
Compañerismo,
comunión.
De
compartir en la vida de resurrección poseída en Cristo, y así de la comunión
con el Padre y el Hijo (1 Jn 1.3,6,7: «comunión»); negativamente, de la
imposibilidad de la comunión entre la luz y las tinieblas (2 Co 6.14:
«comunión»);
Proposición: Un
análisis de la palabra ekklesia nos hará entender que la misma fue expresada a
través de nosotros desde antes de la fundación del mundo puesto que el hombre
como ser humano fue creado en ekklesia (asamblea, gobierno) plena entre Padre,
Hijo y Espíritu Santo.
F.I: La Creación mediante la ekklesia
de Dios.
P.E: Ekklesia es
la transliteración de la palabra griega ekklesia,
que significa asamblea, reunión, gobierno; como concepto teológico alude a la comunidad
de los hijos de Dios mediante nuestro Señor Jesucristo y a los vínculos de
gobierno que Cristo ejerce entre todos y cada uno de los miembros de su cuerpo.
El cómo cabeza y soberano de nuestras vidas gobernando su cuerpo que somos como
ekklesia (iglesia).
La palabra ekklesía, tal como se emplea en el
Nuevo Testamento o nuevo pacto, se refiere sólo a aquellas personas que son
llamadas por Dios para recibir la salvación por medio de Jesucristo.
Por tanto, la Iglesia de Dios, el término que
más comúnmente se aplica al pueblo de Dios, es el grupo de personas que son
especiales para Dios porque obedecen su Palabra y se han sometido a su Hijo
Jesucristo en sus vidas.
Según la RAE: 10. f. Inmunidad del que se acoge a lo
santo.
1. f. Rel. Participación que los fieles tienen y gozan de los bienes espirituales, mutuamente entre sí, como partes y miembros de un
mismo cuerpo.
Explicación: La Ekklesia
es expresión de la tricotomía de Dios a través de nosotros, puesto que si
fuimos creados y conformados en la Ekklesia de Dios, así mismo debemos
expresarla. Dios por medio de la obra redentora de su hijo Jesucristo no solo
vino a brindar redención a la humanidad y recuperar el reino perdido. Dicha
obra a su vez vino a recobrar el gobierno de la Ekklesia perdida entre el
primer Adán y Dios tras haber sido quebrantada en el huerto del edén. Adán al
inicio permanecía en total y legal gobierno mediante la Ekklesia con Dios, tenía
canal directo en su actuar en su pensar y a las normativas de Dios. Lo que él
pensaba lo que el nombraba se encontraba en perfecta unión común con Dios. Al
ser expulsado por la desobediencia del mandato de Dios en el huerto del edén,
este vino a experimentar por vez primera la humanidad alejada de la comunión de
Dios y con ello todas las penurias que vienen contenidas por conducirse en una
vida sin total dirección de Dios. Nosotros como creyentes hijos de Dios y a su
vez como ministros competentes del nuevo pacto debemos internalizar, buscar
entender a plenitud que si no somos habitados por la gracia de Dios en todos
los ámbitos de nuestras vidas no estamos permitiendo que seamos gobernados en
ekklesia mediante la manifestación de nuestro Señor Jesucristo y difícilmente
podrá expresarse con el verdadero y poderoso efecto que Dios quiere manifestar
en nuestras vidas.
O.T: En estos momentos quiero
hablarles de que un Cristiano debe siempre permitir que la perfección en Cristo
sea manifestada a través de si en la forma de la verdadera comunión que es El
mismo mediante su Ekklesia. Un cristiano debe ser un cristiano integral en todo
ámbito de su vida. Así como cuando a una persona se le realiza un análisis
médico y es chequeado en todos sus valores para obtener un resultado del
análisis en muchos ámbitos de su sistema orgánico e inmunológico y éste se le
encuentra integralmente estable. Así mismo el cristiano debe examinarse en toda
área de su vida. En el segundo caso la forma de solventar algún inconveniente
con sus valores biológicos es mediante una correcta medicación y sana dieta. En
el primer caso la forma de solventar algún inconveniente con sus valores espirituales
y como cristiano es mediante de la recepción y correcta expresión de vida de
Cristo a través de nosotros puesto que Él es nuestro sanador, suplidor y
perfeccionador en todo. La Ekklesia no es más que la expresión del gobierno de la vida de Cristo en
nosotros que se manifiesta en su finca rectora para que seamos sunergos
(colaboradores), en el oikos
(casa, hogar cuerpo) de Dios. Para
conducirse en comunión se debe entender que Cristo que es la Ekklesia encarnada
debe expresarse como vida en nosotros y a través de nosotros. Cuando nos
conducimos en dirección como creyentes de la palabra de Cristo, nos conducimos
como hijos en una perfecta relación con nuestro Padre. Como tal comprendemos
que tenemos un Padre bondadoso que con sabiduría y dirección nos guía hacia
adelante en todas las circunstancias y decisiones que tomemos o hayamos de
tomar, de tal manera podemos manifestar todos los atributos de nuestro señor
Jesucristo y todo lo que el Padre quiere que manifestemos en total concordancia
y en todo momento en nuestra vida de forma interpersonal a padres, pastores,
líderes, hijos, amistades, etc. Los cuales a su vez cuando han comprendido
también esta Ekklesia internalizada y expresada, han brindado en su momento
oportuno ayuda, consejo y cualquier otra enseñanza para graficar tanto nuestras
vidas como la de ellos en esa hermosa y perfecta comunión manifestada por medio
de Cristo en cada parte de los integrantes de su cuerpo.
I)
LA COMUNIÓN MANIFESTADA EN LOS
HECHOS, LOS EFECTOS PRÁCTICOS
DE LA COMUNIÓN CON DIOS, PRODUCIDOS POR EL ESPÍRITU SANTO EN LAS VIDAS DE LOS
CREYENTES COMO RESULTADO DE LA FE (FLM 6:
«PARTICIPACIÓN», RV: «COMUNICACIÓN»).
A.
(Filemón1:6) Para
que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que
está en vosotros por Cristo Jesús.
B. De
compartir en la conciencia de los efectos de la sangre, esto es, la muerte, de
Cristo y de su cuerpo, como ello es proclamado por los emblemas en la Cena del
Señor (1 Co 10.16: «comunión»);
C. 2
Co 9.13: «contribución», Cristo manifiesta esa koinonia a través de nosotros en
forma de gracia sobre gracia. 9:12 Porque
la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta,
sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; 9:13 pues por la
experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que
profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución
para ellos y para todos; 9:14 asimismo en la oración de ellos por vosotros, a
quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros. 9:15
¡Gracias a Dios por su don inefable! RV: «contribuir»; Heb 13.16: «ayuda
mutua», RV: «comunicación»);
II)
INTERNALIZANDO
LA OBRA DE CRISTO EN NOSOTROS PARA EXPRESION DE LA VIDA DE EL EN KOINONIA EN SU
CUERPO MEDIANTE LA MANIFESTACION DE SU EKKLESIA. (VERSICULOS: 1 Jn 1.3,6,7).
A.
1:3
lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis
comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con
su Hijo Jesucristo.
B.
1:6
Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no
practicamos la verdad;
C. 1 Jn
1.3,6,7: «comunión» 1:7 pero si
andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la
sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.
D. Debemos
ser conformados a la medida de Cristo, cada vez que tomamos una decisión o
acción en nuestras vidas y la consideremos que fuera una decisión de la cual no
estamos conformes (escúchese bien al decir decisión inconforme o no conforme,
mas no mala o buena decisión) lo hacemos por tener alguna inconformidad en
nosotros en alguna área de nuestra vida. Pero como tomar una decisión en total
conformidad si a esta le hace falta la conformidad misma que es el Cristo
conformador en todo. Actuar en conformidad es actuar en el conformador. ¿Cómo
puedes trasmitir decisiones conformes?, ¿Cómo puedes transmitir algo que
exteriorizas y en ese momento no posees?, ¿Cómo puedes transmitir amor,
comprensión, y todos los atributos de Cristo si no permites que él se exprese?,
¿Cómo puedes transmitir comunión si aún no comprendes que la comunión es el
mismo Cristo expresado mediante su ekklesia en nosotros?.
III)
ENTENDER
QUE SI NUESTRO CUERPO REALMENTE SE DIRIGE EN KOINONIA SIGUIENDO LA DIRECCION DE
SU EKKLESIA, SE COMPRENDE QUE NUESTRO CUERPO ESTA SANO Y NO HAY NINGUNA CELULA
MUERTA EN EL. (2 CO 6.14: «COMUNIÓN».
A. 2
Co 6:14 No os unáis en yugo desigual con los
incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y
qué comunión la luz con las tinieblas? La sabiduría de Dios. Debemos
siempre buscar la forma de transmitir el sanador de vida a través de nosotros
para sanar todas las partes del cuerpo. Pero si esa parte del cuerpo no permite
recibir sanación no debe obstruir el correcto funcionamiento del cuerpo. Cristo
mismo se encargara como cabeza tomar la decisión de procesar y tratar esa parte
del cuerpo afectada.
B. De
la participación en el conocimiento del Hijo de Dios (1 Co 1.9: «comunión», RV:
«participación»); 1:7 de tal manera que
nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor
Jesucristo; 1:8 el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis
irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. 1:9 Fiel es Dios, por el
cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. 1:10
Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que
habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que
estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.
C. La
participación en lo que se deriva del Espíritu Santo siempre debe fluir en
todos nosotros y en nuestro conducir. (2 Co 13:14: «comunión», 13:14 La gracia del Señor Jesucristo, el
amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.
D. Transmitir
a Cristo es portar su vida gloriosa en y a través de nosotros, RV:
«participación»; Flp 2.1: «comunión»); 2:1
Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si
alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna
misericordia, 2:2 completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo
amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. 2:3 Nada hagáis por contienda o por
vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como
superiores a él mismo; 2:4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada
cual también por lo de los otros. 2:5 Haya, pues, en vosotros este sentir que
hubo también en Cristo Jesús, 2:6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó
el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 2:7 sino que se despojó a sí mismo,
tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 2:8 y estando en la
condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz. 2:9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo,
y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 2:10 para que en el nombre de
Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y
debajo de la tierra; 2:11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,
para gloria de Dios Padre.
IV)
COMPAÑERISMO,
COMUNIÓN. DENOTA: (A) LA PARTE QUE UNO TIENE EN CUALQUIER COSA, PARTICIPACIÓN,
UN COMPAÑERISMO RECONOCIDO Y GOZADO; ASÍ, SE USA DE LAS EXPERIENCIAS E
INTERESES COMUNES DE LOS CRISTIANOS (HCH 2.42: «COMUNIÓN»; GL 2.9: «EN SEÑAL DE
COMPAÑERISMO», RV: «DE COMPAÑÍA»);
A.
Fruto de la comunión de Dios expresada a nosotros. (Hechos
2:42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos
con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Sabiduría que rebasa
cualquier otra.
B. Reconociendo
nuestros errores internos y sanándolos en Cristo para participar en verdadera
koinonia en otros. (Gálatas 2:9) y
reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran
considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de
compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la
circuncisión.
C. Hallando
expresión en el servicio conjunto a los necesitados en koinonia (Ro 15.26:
«ofrenda», 15:26 Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los
pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén. RV: «colecta»;
lit., «hacer cierta comunión»;
D. 2
Co 8.4: «participar» Contribuir para lo obra del Señor es un honor, un
privilegio y total regocijo, por lo que expresarla en un nivel en el que
humanamente pensemos que es casi imposible, en Cristo todo es posible. Él nos
conforma a la medida del varón perfecto para que exterioricemos esa koinonia 8:1 Asimismo, hermanos, os hacemos saber la
gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia; 8:2 que en grande
prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron
en riquezas de su generosidad. 8:3 Pues doy testimonio de que con agrado han
dado conforme a sus fuerzas, y aún más allá de sus fuerzas, 8:4 pidiéndonos con
muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este
servicio para los santos. 8:5 Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se
dieron primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios; RV:
«comunicación»;
E. Si
tenemos a Cristo que es nuestra ayuda mutua, podemos expresar esa ayuda mutua a
través de nosotros en todo. 13:16 Y de
hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se
agrada Dios. 13:17 Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque
ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo
hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.
F. El
coadyuvar en la extensión del reino de Dios
y su justicia mediante la aportación de dones AYUDAR, COMPAÑERISMO
MUTUO, OFRENDAR, PARTICIPAR, COMO SEÑAL DE CRISTO. (Flp 1.5: «comunión en el
evangelio»). 1:2 Gracia y paz a vosotros,
de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. 1:3 Doy gracias a mi Dios siempre
que me acuerdo de vosotros, 1:4 siempre en todas mis oraciones rogando con gozo
por todos vosotros, 1:5 por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer
día hasta ahora; 1:6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros
la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;
G. Debemos
ser ministros competentes de un nuevo pacto con un alto nivel de desempeño (diga conmigo High Performance: significa
alta calidad, alto rendimiento, alto desempeño). Así como cada persona
busca siempre mejorar día a día en toda área de su vida, tal cual lo hace en su
área profesional, académica, sentimental, deportiva, entre otras. Así como
existen atletas de alto desempeño, que buscan cada día mas establecer nuevos
estándares, nuevos records, que buscan mejorar día tras día, superando cada
limitación que les impida superar todos los records. Estos se entrenan para
eso, entrenan su cuerpo y su mente. Así mismo nosotros debemos entrenan nuestro
espíritu y nuestra mente para que no
seamos nosotros los que nos dirijamos en imperfección sino en esa perfección en
Cristo. Que Él sea nuestro perfeccionador, que ejerza su gobierno en nosotros
mediante la manifestación de su Ekklesia y establezca todos los nuevos records
en nuestras vidas y las vidas de otros, que nos conforme como ministros
competentes de nuevo pacto de alto desempeño para toda buena obra y la perfecta
koinonia en todo ámbito que queramos que sea permeado a través de Él.
CONCLUSIÓN:
Una
congregación puede crecer mucho físicamente y materialmente, pero no espiritualmente.
Una congregación no crece espiritualmente, la congregación crece materialmente.
Lo que si crece espiritualmente es la IGLESIA o la “EKKLESIA” de Dios. Los
“PETROS” que forman parte de la Piedra viva que es Cristo son los que crecemos.
Por este
motivo de falta de revelación y de no querer aceptar esta verdad en nuestras
vidas que muchas personas buscan congregaciones grandes asumiendo que si la
congregación es grande, ellos crecerán espiritualmente. Una familia puede ir a
una congregación de cinco mil miembros, pero cuando esta familia regresa a su hogar,
la congregación queda en el mismo lugar.
Una
familia por ser numerosa no significa que en realidad experimenten una total y
plena comunión en Cristo lo cual se traduzca en genuina vida en Ekklesia de
Dios. Lo que se debe manifestar es el espíritu santo a través de nosotros en
perfecta Ekklesia de Dios para que cada miembro sea entendido de la revelación
de ser cuerpo de Cristo o piedra viva.
La
iglesia y la congregación son muy diferentes, aunque trabajan en conjunto. Si
la Iglesia crece se puede tener una congregación llena de muchos petros. Pero
si lo que crece en primera instancia es la congregación, eso no garantiza que
haya petros en esa congregación.
Jesús
está edificando su iglesia sobre PETROS, no sobre congregaciones.
Debemos comprender que para manifestar
Ekklesia debemos poseer la vida de Cristo expresada en koinonia que no es un
efecto meramente externo, sino que a su vez:
1. Es
expresar la unión común que tenemos en Cristo, para ser hitos colaboradores con
las demás partes de su cuerpo en Ekklesia.
2. Es
tener unión común, tanto en nosotros mismos como con los demás de forma
integral en todos los aspectos de nuestra vida cristiana. Es la imposibilidad
de conducirnos en tinieblas y en luz a la vez. Es deslastrarnos de una vida
paradójicamente muerta, la vida de Adán que moraba en nosotros y estaba en completa discordancia y carencia de
la Ekklesia de Dios.
3. La
Ekklesia no es más que la expresión del gobierno
de la vida de Cristo en nosotros que se manifiesta en su finca rectora para que
seamos sunergos (colaboradores), en
el oikos (casa, hogar cuerpo) de Dios.